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miércoles, 23 de agosto de 2023

La Batalla de Tirajana el día de San Bartolomé, 24 de agosto de 1479

Posible representación de la Batalla, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.
Posible representación de la Batalla, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

 (El artículo es una recopilación de un capítulo de nuestro libro de próxima publicación con el título ´Las últimas fortalezas en la Guerra de Canaria´) 

En estas fechas calurosas, como debieron ser en aquel tiempo, se cumplen 544 años de esta famosa batalla desarrollada en Tirajana, en la que los castellanos, al mando del corsario gaditano, Pedro Hernández Cabrón, obtuvieron una severa derrota, perdiendo veintiséis hombres con más de cien heridos y ochenta prisioneros, siendo las bajas por parte de los canarios, al mando del faicán de Telde, Guariragua “El Tuerto”, de veinte muertos. Según cuenta la tradición, Hernández Cabrón se encomienda a San Bartolomé, patrón del día, rogando por la salvación de los castellanos, y este es el motivo por el que el municipio recibe el nombre de San Bartolomé de Tirajana. 

Tradicionalmente cuando se nombra Tirajana, se asocia el topónimo casi exclusivamente al área de La Caldera y concretamente a la población de Tunte, aunque todos los investigadores coinciden en que el topónimo hacia referencia a una comarca y no a un sitio concreto, llegando desde la parte más alta de la isla en su vertiente este, por el área de Risco Blanco y Taidía, y finalizando en el mar, en la desembocadura del Barranco de Tirajana e incluyendo los Llanos de Sardina y Amurga. 

Las primeras incursiones de conquista a este territorio se desarrollaron llegando por la costa, y señalando a Tirajana en la zona de costa, tal como sucedió en la que llamamos Batalla de Sardina (enlace al pié), que tuvo lugar en fechas cercanas a 1471 muy probablemente en la Degollada de Majadaciega (junto a Sardina) y en los Llanos de Sardina. Marín de Cubas, Torriani y Escudero sitúan la batalla en estos sitios nombrándolos como Tirajana. 

En las incursiones posteriores a la derrota de San Bartolomé, los castellanos siguieron llegando por la costa y así en septiembre de 1480, Pedro de Vera hace una entrada al mismo lugar donde se desarrolló esta derrota y posteriormente otra, en mayo de 1482 a Tirajana, Acayro (nombrado también como Tayra o Cayra) y Titana, que para nosotros se desarrolló en los Llanos de Sardina (Tirajana), cercanías del Roque Aguayro (Acayro) y La Fortaleza de Abajo (Titana), llegando, creemos que por vez primera con esta entrada, al interior de La Caldera. 

 Para Alonso de Palencia, el cronista de los Reyes Católicos, la batalla de Tirajana tuvo lugar en la bajada del monte sagrado de Tirajana, que junto con Tirma constituían los dos montes y santuarios de los canarios a los que hacían peregrinaciones multitudinarias y por los que realizaban sus juramentos. En nuestra investigación tratamos de demostrar que esta batalla se desarrolló en algún lugar en la bajada de Montaña de Las Tabaibas, al pie de Amurga y cercano a las Salinas de Abajo (Juncalillo del Sur). En la cumbre de la montaña sagrada se situaba un templo descrito por Palencia, que para Abreu Galindo, Marín de Cubas y Escudero era Umiaga o Umiaya. 

Nuestra interpretación es la de que una parte de Amurga era el Santuario de Tirajana «de dos leguas en redondo» de refugio, que nos describían las crónicas, reforzando el planteamiento, el descubrimiento por documentos antiguos del Registro Parroquial de Tunte, de la ubicación de Umiaga en las cercanías del Risco del Drago (norte de Amurga) en 2019. Es por ello por lo que deducimos que Umiaga y Amurga debían ser un mismo topónimo para los canarios, pues nominaban al mismo territorio y creemos que evolucionó de dos formas al castellano, prevaleciendo Amurga. 

Palencia escribe su obra en latín, describiéndonos la batalla, aportándonos datos muy valiosos sobre el «monte» sagrado, con estructuras defensivas y un «templo» que destruyen. En la expedición también participan el obispo Frías, el deán Bermúdez y Hernán Peraza, junto con quinientos infantes y trece jinetes que hacen la entrada a Tirajana, con la intensión de desgastar a los canarios en la guerra y en búsqueda de botín. Palencia nos indica que en la subida al monte sagrado, van todos, incluso los jinetes a caballo, que después tendrán problemas en la bajada, lo que es imposible en La Fortaleza de Santa Lucia, donde para algunos investigadores se situaba este monte de Palencia. 

Marín de Cubas nos describe la incursión y el territorio de esta manera: «estaba a la parte opuesta de la Ysla en unas sierras, y varrancos agrissimos llamados Tirajana onde viven en cuebas, y grutas altissimas como las aves de onde las mugeres arrojan piedras, y palos por su defenza […] envarcados en tres navios fueron al fin de la ysla y dia 24 de agosto de san Bartholome llegaron al pueblo que esta al pie de las sierras [¿Amoxo?], y le hallaron sin gente [para Abreu al ver los navíos huyeron a los altos y sierras ásperas] bien proveidos de carne en sesina ganados, cevada, manteca, y miel silvestre en ollas y odres, y higos passados». Y continua Escudero refiriéndose probablemente al refugio de Tirajana, donde nos cuenta que «los amontados, en lo más agrio de la isla, tenían carne i cojían mucho pescado», por lo que debían estar cerca de la costa. 

Y creemos que ese lugar que es descrito por los conquistadores como una comarca montañosa en Tirajana con muchos barrancos en la zona de costa, donde hay un poblado, se debía referir a Amurga y al antiguo poblado llamado Amoxo, donde hoy se sitúan las Salinas de Abajo (Repartimientos de Gran Canaria), al pie de Montaña de Las Tabaibas, llamadas en 1537 Salinas de Amoxo. Creemos que el topónimo evolucionó de un probable Amajo a Abajo. 

En el lugar donde hoy se levantan las salinas, tenemos los restos de un poblado de los antiguos canarios contabilizándose en el lugar unas doce casas cruciformes, repartidas en dos áreas, pudiendo muy posiblemente haber más enterradas, teniéndose en cuenta que debieron haber desaparecido muchas en la construcción de las salinas y en las roturaciones de tierras para cultivo de tomates: «...las prospecciones realizadas permitieron ubicar la existencia de un poblado prehistórico de Juncalillo del Sur, con casi una decena de casas aborígenes. Hay dos grandes núcleos, uno situado más al sur, pasando las propias salinas, y casi en primera línea de playa, donde se contabilizan unas ocho casas […] El segundo punto está situado al norte de la última de las salinas, en la parte trasera de aquella...» (Normas de conservación del Sitio de interés científico de Juncalillo del Sur). 

Por la descripción de Palencia sabemos que se llega a caballo a la cumbre del «monte», que carecía de fuente de agua y en sus cercanías posiblemente encuentran graneros donde roban cebada que van a bajar con jumentos (mulas). En la cumbre existe un «templo, construido a manera de un castillo con toda clase de fortificaciones» que los castellanos destruyen incendiándolo. Aquí creemos que Palencia quiere resaltar la acción de guerra de Cabrón, pues en otras descripciones se habla de una casa y un muro de piedras. Una vez saqueada la construcción, según Palencia, Cabrón no quiere permanecer en una cumbre falta de agua y son el obispo y el deán quienes lo obligan a quedarse dos días, mientras para Abreu Galindo y Marín de Cubas, el marino decide bajar el mismo día antes de que anochezca, al tener los barcos sin protección, despreciando las fuerzas y habilidades de los canarios, en contra de consejos que le indicaban que lo mejor era quedarse en la cumbre varios días. 

 La descripción de la batalla, nos llega también a través de estos dos autores, con diferencias importantes como la citada y además la de no expresar en su texto que se haya llegado al monte sagrado y culpando de la derrota a Hernández Cabrón, mientras que Palencia culpa al obispo Frías, del que tiene una pésima opinión. 

Palencia sigue relatando que después de esperar dos días, comienzan una complicada bajada a caballo desde el monte a «los valles [barrancos]», por senderos estrechos y con gran desnivel lo que es aprovechado por los canarios para atacar con palos, piedras y dardos, desarrollándose la batalla desde este punto hasta «la garganta a la entrada del valle [barranco]», pues Palencia no indica que la lucha se hubiera desarrollado hasta el mar, como los otros autores, aunque anteriormente si citaba un lugar de desembarco. 

La batalla se produce «queriendo venir a embarcarse ya serca de noche» (Marín de Cubas), «mientras descendían a los valles [barrancos] por estrechos senderos» (Palencia) «a media cuesta que es áspera y alta» con «cuestas muy agrias» (Abreu Galindo), en «una cuesta arriva agria, y de malos passos» (Marín de Cubas). Y cuando llegan abajo tienen que ser auxiliados desde los barcos, donde los marinos tienen que ir a tierra con lanchas realizando disparos, para «apartar» a los canarios mientras se embarcan los suyos (Abreu Galindo, Marín de Cubas). 

Si nos atenemos a la descripción, la misma nos descarta como lugar de la batalla y como monte sagrado a otros lugares propuestos como La Fortaleza de Santa Lucia, así como a Ansite para nosotros la llamada Fortaleza de Amurga, que localizamos en las cercanías del Risco del Drago, la cumbre del macizo, pues ambas fortalezas son imposibles de subir a caballo y muy lejanas al mar para desarrollarse una batalla como la descrita y con menos probabilidad si se hubiera realizado en una sola jornada por el calor de las fechas en que tuvo lugar, en pleno agosto. Tampoco tienen una «garganta» a la entrada, que si tenemos en los barrancos al pie de Montaña de Las Tabaibas. 

Abreu Galindo nos describe la rogativa de lluvias que se hacian en los montes sagrados de Tirma y Umiaya, donde toda la comunidad se congregaba y hacia ayuno varios días en «torno de un peñasco», para nosotros un mojón o torreta de piedras, y luego se dirigian al mar para golpearlo con ramas. Marín de Cubas nos describe la cumbre del monte Umiaga, muy destacado en el paisaje, con un gran cerco de piedras donde tenemos una pequeña casa de piedra, un pireo o ara de sacrificios con tres focos de combustión, lugar donde realizaban fuegos sagrados para en función de la dirección del humo hacer interpretaciones del porvenir. También nos habla de una capilla donde habia «sacarrones» que era la palabra que se usaba para nombrar a las momias. Marín muy probablemente nos está describiendo una cueva con momias en el interior, como era usual en los enterramientos de los antiguos canarios, correspondiendose estas momias a personajes importantes o santones, motivo de las peregrinaciones, como sucede hoy día en el norte de África. 

 Montaña de Las Tabaibas es el único monte de Tirajana, que conozcamos, que cumple con todas las descripciones realizadas. Así es el monte mas destacado en esta parte del sur de la isla, cuenta con una muralla que rodea su cumbre de 460 m de perímetro (100 x 175 m) de un metro de altura media. En el interior del cerco tenemos suficiente espacio para concentraciones multitudinarias como las de las rogativas de lluvia, lo que no vemos en Ansite y La Fortaleza. En el SE de la cumbre tenemos una estructura circular de piedra seca, que puede ser compatible con un pireo o ara de sacrificios, con un diámetro de unos 4 m y que conserva solo una altura de 0´70 m por haber sido derruido. A unos 10 m de esta estructura vemos otras derrumbadas y una cueva con una entrada bien preparada con muretes a ambos lados, que pudo estar dentro de otra construcción. La cueva esta llena de escombros como si hubiera sido destruida. Jiménez Sánchez encontró dentro de esta cueva en el año 1952, diverso material entre los que destacan una bandeja de madera, compatible con las cucharas utilizadas en los ritos de rogativas de lluvia y diez hachones de tea para iluminación. Dentro del interior del cerco de piedras muy deteriorado por las construcciones de antenas de telecomunicación, encontramos dos torretas o mojones de piedra derrumbadas.

‘Paisaje de las Indias Occidentales’, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.

Diversos investigadores (Martínez de la Peña, Peter Mason) sitúan la representación de esta obra en Canarias y algunos la identifican con la batalla del Roque Bentaiga (Maarten Jansen). La pintura está datada en la década de 1520 en Flandes y representa los inicios de una batalla en la que tropas castellanas se van a enfrentar a nativos desnudos de tez clara con barbas, en un paisaje montañoso junto al mar. Siguiendo a estos autores pensamos que en hipótesis la obra podría simbolizar la Batalla de Tirajana de 1479, fundamentalmente por el arco y la montaña destacados en el paisaje que podrían representar al Arco del Coronadero y a la Montaña de Las Tabaibas. No creemos que sea el cerco al Bentaiga pues no se representa un asedio. Los personajes que se encuentran en una altura arrojando piedras a los castellanos, reflejan fielmente la descripción de como lucharon los canarios. Sumado a ello el personaje que se encuentra en la cima, un anciano que parece dirigir a los canarios, podría ser el faicán de Telde, Guariragua “El Tuerto”, jefe de los suyos en esta batalla y representar lo que Palencia describe sobre el episodio: «desde las atalayas en rocas inaccesibles, los viejos les indicaron con un silbido, que utilizan como las señales de un cuerno o de una trompeta, que ya podían y debían atacar al enemigo» y más específicamente lo citado por Viera y Clavijo siguiendo a Pedro A. del Castillo: «gentes desnudas conducidas por el faicán de Telde».

POSIBLE ITINERARIO DE LA INCURSIÓN: Adjuntamos el itinerario que creemos más probable. Las tres naves fondean frente al poblado de Amajo, actualmente Salinas de Abajo, en la Playa del Cardón, junto a la desembocadura de Bco. Hondo, siendo el camino señalado el más adecuado para dirigirse a Montaña de Las Tabaibas con caballería, con menos desnivel y para no tener que atravesar barrancos. En la bajada tenemos dos lugares con mucho desnivel, en los que pudo iniciarse la batalla: la bajada de la Cueva de la Majadilla al Morro del Coronadero con un desnivel de 35 m en unos 100 m y la bajada del Alto de la Cuesta Pendiente, después del Arco del Coronadero, con un desnivel de 92 m en unos 380 m, siendo este el lugar más propicio a los intereses canarios. Desde aquí se desarrolla la batalla llegando a la desembocadura de la Cañada Honda donde tenemos una «garganta a la entrada del barranco» descrita por Palencia y desde aquí tenemos unos 450 m hasta el mar. Otra opción, mucho más complicada para los castellanos por tener mucho más desnivel, es bajar desde Mña. Tabaibas directamente al Barranco de la Majadilla, donde se encuentra actualmente la Presa de La Monta o del Conde y seguir este barranco hasta los Llanos de Berriel y desde aquí hasta la Playa del Cardón donde debían encontrarse los barcos.  

ENLACE: «La Batalla de Sardina de 1471». Blog de Historia de Castillo del Romeral. http://historiacastilloromeral.blogspot.com/2022/05/la-batalla-de-sardina-de-1471.html

martes, 20 de junio de 2023

Localizado en Amurga el probable lugar de la inmolación de Bentejuí el 29 de abril de 1483

Posiblemente Tirma y Mago hacían referencia al Teide y al macizo de Jandía

El Teide por la Degollada de La Cerca. Ico Melián.

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

(Artículo publicado en El Diario/Canarias Ahora el 28/4/2023: https://n9.cl/canariasahora)

Este 29 de abril se cumple el 540 aniversario de la Rendición de Ansite y de la finalización de la Guerra de Canaria (invasión o conquista según qué punto de vista), aunque algunos alzados permanecieron todavía un tiempo luchando en riscos inaccesibles como los de Amurga. Queremos en este día señalado dar a conocer nuestros últimos hallazgos con referencia a este episodio y a la inmolación o deriscamiento de Bentejuí y otros personajes destacados.

El 29 de abril de 1483 se produjo en Ansite la rendición de los alzados que pertenecían al faicanato o bando de Telde, tras intermediación de Tenesor Semidán, el guanarteme que se entregó o fue capturado por los castellanos casi un año antes, conocido después como Fernando Guanarteme. Debido a ello y disconforme con la rendición de los suyos, se despeñó en un lugar cercano, Bentejuí, guanarteme en esos momentos, acompañado de otro personaje que algunas fuentes señalan como el faicán de Telde, Guariragua, llamado el Tuerto de Tara. Para testigos de la llamada Información Guanartémica y para el cronista Valera, no fue este personaje el deriscado, pues, según ellos, Guariragua se entregó con su bando. 

Imagen desde cartografía digital 3D Google Earth.

 Algunos meses atrás, en el llamado episodio de Fataga, tuvo lugar otra rendición idéntica, donde se entrega el bando de Gáldar con su faicán, Guanache Semidán (tío de Fernando Guanarteme) y donde se inmola el guaire Tasarte, quien ostentaba las funciones de guanarteme después de Tenesor Semidán. Estamos pendientes de publicar en breve, un libro sobre todos estos hechos, con el título Las últimas Fortalezas en la Guerra de Canaria, en el que, a partir de un análisis de los textos etnohistóricos, trataremos de localizar las fortalezas en las que se refugiaron los canarios en los meses previos a la rendición de Ansite: Tiraxana, Acayro, Titana, Fataga, Bentayga, Ajódar y la propia Ansite.

Recientemente, hemos podido realizar una visita a una de las partes mas inaccesibles y remotas de Amurga: el Risco del Drago, que es la cumbre del macizo con 1.125 metros de altura, situado en los lugares donde en 2019 se descubrió la probable ubicación de Umiaga por parte de Marco Moreno y Suso Álvarez. También por aquí es donde muchos investigadores, entre los que nos encontramos (2010), creemos que se situaba Ansite, en la llamada modernamente Fortaleza de Amurga y de antiguo el Morro de Los Solapones, situado entre el Risco del Drago y el Almogarén de Amurga, lugares dados a conocer por la Comisión de Arqueología del Museo Canario en 1979.

Marín de Cubas nos decía que Ansite se situaba en un lugar que en su tiempo (1687) ya se denominaba El Sitio, que según Maximiano Trapero se debía al fenómeno lingüístico llamado etimología popular, de evolución de las voces de otros idiomas al nuestro, con el siguiente proceso: Ansite → Ansitio (en testamento de 1575) → El Sitio (1687). Y junto al Risco del Drago tenemos los topónimos Andenes y Laderas de El Sitio, que nos indican que por aquí se encontraba esta fortaleza de los canarios. 

Paso de Los Solapones que llega hasta el Llano de La Cumbrecilla y los tres roques. Google Earth.

 La mayoría de investigadores que han escrito sobre el tema no conocen estos parajes y lo han hecho por referencias sobre el mismo. Nosotros hemos visto superadas nuestras expectativas en cuanto a lo escarpado y abrupto de estos riscos, pues el acceso a este lugar por el llamado Paso de Los Solapones es extremadamente difícil y peligroso, un camino de cabras, pues era el paso natural de los ganados desde la Cumbre a Amurga desde tiempos ancestrales. El sendero transcurre a menudo al borde de grandes precipicios y por pasos en los que tienes que realizar técnicas de escalada, por tanto solo apto para personas expertas con buena condición física. De ello se deduce lo remoto, aislado y poco explorado de estos sitios.

Verticalidad de los Morros/Fortalezas. Jorge Caraballo.

Damos las gracias a Ico Melián por llevarnos durante todo el recorrido por la senda adecuada y a Ferino Guedes y a Jorge Caraballo por aceptar el reto de este trayecto, así como al pastor y descendiente de pastores Santiago Ortega, “Sosa”, perfecto conocedor de estos parajes, por informarnos sobre este territorio.

Finalmente, hemos podido acceder al Risco del Drago, donde hemos confirmado nuestra hipótesis de que en este lugar debía encontrarse una torreta que señalizaba el extremo norte del Santuario de Amurga. Así, pudimos ver esta torreta o mojón de piedras destruido (no derrumbado de forma natural) y diversos amontonamientos de piedras, así como una gran cazoleta excavada en la roca y pinos centenarios creciendo en el risco escarpado, reliquias del desaparecido pinar que ocupaba todo Amurga.

Hemos confirmado también una de las motivaciones por las que subimos a este lugar: desde el mismo tenemos una visión del Teide, apareciendo por la Degollada de la Cerca. Aunque solo se ve el extremo superior del pico, además de forma difusa en el momento en el que fuimos, al haber calima. El Teide sobresale en forma triangular, formando una figura de las más importantes en la cosmogonía de los antiguos canarios. 

Imagen ampliada. Ico Melián.
 El doctor Grau-Bassas (1886) estableció una hipótesis muy interesante que fue recogida también por Tejera Gaspar y Jiménez González (2008), y es la de que al no encontrar vestigios destacados en la montaña de Tirma para considerarla la montaña sagrada, la intenta localizar en otros lugares y propone que pudiera ser que el juramento Atis Tirma se realizara con motivo de la visión del Teide. Nosotros sospechábamos que la inmolación de Bentejuí y otros personajes gritando este juramento podría haberse realizado en un punto con visión del Teide en Amurga. Y pudimos confirmar la vista del Teide, desde el Risco del Drago por medio de cartografía digital en 3D de Google Earth, en el punto más alto de Amurga, donde había un gran precipicio, cercano al probable Ansite. Miguel Angel Martín González también nos lo confirmó por medio de programas informáticos, lo cual queremos agradecerle, pero faltaba la comprobación in situ, que finalmente ha confirmado nuestra hipótesis.

La Crónica Ovetense nos habla del deriscamiento de Bentejuí en Tirma, lo cual es imposible en la montaña que conocemos hoy con ese nombre, por lo que pudiera ser que Tirma nombrara los riscos donde se realizaba esta práctica, que debían tener una vista directa sobre el Teide. El Risco del Drago es el único lugar de Amurga, desde donde se tiene esta visión, además en un área de solo unos pocos metros, donde se encuentran los restos comentados. Por ello deducimos que este es el lugar mítico en las cercanías de Ansite, con mayores probabilidades de ser el lugar de la inmolación.

Desde 2010 mantenemos la hipótesis de que Amurga era el santuario de Tirajana de las crónicas que junto con Tirma constituían los dos santuarios principales de los antiguos canarios, basado fundamentalmente en la lingüística, pues los otros nombres que nos llegaron junto con Tirma, del santuario de Tirajana según los textos etnohistóricos, eran: Umiaga, Amargo, Amago y Amagro, perfectamente relacionables con Amurga. A su vez el topónimo Amurga lo hemos vinculado (2010) con el nombre de las peregrinaciones religiosas y las tumbas de los morabitos en el norte de África, llamadas almuggar (plural ilmugarem). Esta relación con Amurga ya había sido establecida (sin nosotros conocer su trabajo) por el profesor de la Universidad de Agadir, Ahmed Sabir (2001) y posteriormente por Abraham Loutf y Maximiano Trapero (2018). A su vez, estas voces fueron relacionadas por vez primera con el término “almogarén” por el profesor Wölfel (1965)

Nos basamos también en los restos arqueológicos de Montaña de Las Tabaibas, que consideramos la montaña sagrada a la que se realizaban las peregrinaciones, donde encontramos el cerco de piedras, y estructuras compatibles con el ara de sacrificios y lo que pudiera ser los restos de una pequeña casa que describe Marín de Cubas para Umiaga. Y también en los mojones o torretas que bordean Amurga, en unos once kilómetros, las dos leguas a la redonda que medía el santuario, según las crónicas, y que, según declaración de testigos, en un pleito entre el Concejo de la Isla y la Iglesia (c. 1502-1515), por los límites del señorío episcopal de Agüimes (que creemos se pretendía hacer llegar hasta aquí), se utilizaban por los antiguos canarios para delimitar los santuarios. 

Estos mojones o torretas sagrados tienen una función en el Norte de África de asientos para la fijación de las almas de los fallecidos por muerte violenta en su cercanía, como pudiera ser en nuestro caso por deriscamiento. En la tradición norteafricana las almas tienden a fijarse principalmente en árboles y rocas en caso de muerte natural. Pero si la muerte ocurre de forma violenta, las almas permanecen sin fijación, causando apariciones, sustos o enfermedades al fijarse en los vivientes. También en el sur de Marruecos, en algunos morabitos, un montón de piedras indica el carácter sagrado del sitio y sustituye al santón en su ausencia para gozar de su baraca, la bendición, protección o favor divino, pues se aprecia el mismo poder milagroso como si estuviera el santo auténtico.

Es por ello que planteamos la hipótesis de que estas torretas, importantes también para los cultos astrolátricos, servían de fijación de las almas de los inmolados que realizaban el suicidio ritual en sus cercanías y que el grito de Atis Tirma se realizaba con las inmolaciones a la vista del Teide y el de Atis Mago o Atis Majo con las vistas hacia el macizo de Jandía, visible desde el yacimiento de El Coronadero, junto a Montaña de Las Tabaibas, en los días claros, donde tenemos unas 37 torretas agrupadas junto a unos grandes precipicios. También estos mojones podrían haber servido de sustitutos o representantes del Teide y de Jandía, para los ritos, en los momentos de no visibilidad de estos.

Morro de Los Solapones o Fortaleza de Amurga, el probable Ansite. Pablo Guedes.

 
Cazoleta en Risco del Drago en el lugar con visión de el Teide. Pablo Guedes.

 

Mojón derruido en el Risco del Drago en el lugar con visión de el Teide. Pablo Guedes.

MÁS INFORMACIÓN:

https://www.academia.edu/49473966/Amurga_el_santuario_perdido_de_Tirajana



domingo, 1 de mayo de 2022

La Batalla de Sardina de 1471

The Battle of Sardina of 1471

Fig. 1: Posible recorrido hipotético de las tropas en la batalla principal, desde el lugar de fondeo de las naves hasta el sitio de la batalla, en la Degollada de Majadaciega y posterior huida hasta la Mña. de Faro de Arinaga. GRAFCAN.

Pablo Guedes González*

Resumen: Esta batalla tuvo lugar pocos años antes del inicio de la conquista de la isla por
los Reyes Católicos en 1478, y se desarrolló por parte de Diego de Herrera, cabeza del
Señorío de las Islas, uniendo fuerzas con su yerno Diego de Silva, al mando de una
armada portuguesa, en los alrededores de la población conocida hoy como Sardina,
culminando con una severa derrota de estos por parte de los canarios. Veremos lo que nos
cuentan sobre ella la amplia mayoría de los textos etnohistóricos, con claros errores y
tergiversaciones en sus relatos y daremos nuestra hipótesis interpretativa de como
pudieron desarrollarse los hechos. Por el camino haremos un repaso a los topónimos más
antiguos del territorio: Sardina y sus Llanos, Tirajana, Maspalomas y sus Calmas, Aldea
Blanca, Pozo del Lentisco, Salinas de Amajo y Berriel.

Palabras clave: Batalla de Sardina, Llanos de Sardina, Tirajana, Maspalomas, Aldea
Blanca, Pozo del Lentisco, Amajo, Berriel.

Abstract: This battle took place a few years before the start of the conquest of the island by
the Catholic Monarchs in 1478, and was carried out by Diego de Herrera, head of the
Lordship of the Islands, joining forces with his son-in-law Diego de Silva, in command of aPortuguese army, in the surroundings of the population known today as Sardina, culminating in a severe defeat of these by the canaries. We will see what the vast majority of ethnohistorical texts tell us about the battle, with clear errors and misrepresentations in their stories, and we will give our interpretive hypothesis of how the events could have developed. Along the way we will review the oldest place names in the territory: Sardina and its Llanos, Tirajana, Maspalomas and its Calmas, Aldea Blanca, Pozo del Lentisco, Salinas de Amajo and Berriel.

Keywords: Battle of Sardina, Llanos de Sardina, Tirajana, Maspalomas, Aldea Blanca,
Pozo del Lentisco, Amajo, Berriel.

 

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 * Investigador independiente. ULPGC. pguedes@maspalomas.com

lunes, 28 de febrero de 2022

AMURGA, EL SANTUARIO PERDIDO DE TIRAJANA

 ‘Paisaje de las Indias Occidentales’ en el Rijksmuseum de Amsterdam, datado sobre 1520. Para el arqueólogo Maarten Jansen el cuadro podría representar la batalla de 1483 en el Roque Bentaiga. Jansen sigue en la hipótesis al profesor de historia del Arte, Martínez de la Peña (1970) y a Peter Mason (2015, 2017), quienes identificaron varios detalles de la pintura como propios de las Islas Canarias y de sus habitantes originales. Siguiendo a estos autores pensamos que en hipótesis también podría representar una incursión junto a Mña. de Las Tabaibas o la misma Batalla de Tirajana de 1479, fundamentalmente por el arco destacado en el paisaje que podría ser el Arco del Coronadero. 

 

Pablo Guedes González

Presentamos en nuestro blog y hacemos más accesible para los interesados en la historia del sur de Gran Canaria, el artículo correspondiente a la comunicación presentada al XXIV Coloquio de Historia Canario-Americana, aceptada por el Comité Científico del Congreso y expuesta en ponencia efectuada el 1 de diciembre de 2020 en la Casa de Colón, siendo publicado por esta institución el 26/11/21 en el siguiente enlace:

http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/index.php/CHCA/article/view/10654/10250

Aquí se ha actualizado este artículo con nuevas referencias e información (remarcadas en rojo) y con un apéndice gráfico y fotos que no pudo ser presentado al Congreso por limitaciones de espacio.

Resumen: En la comunicación hacemos un resumen de un extenso trabajo de investigación que venimos realizando desde 2010, con el objetivo de justificar la hipótesis de que Montaña de Las Tabaibas y parte de Amurga eran la montaña sagrada y el santuario de Tirajana que nos transmitieron los cronistas. Incidiremos aquí en las descripciones que sobre los montes sagrados realizan las fuentes etnohistóricas, la situación geográfica de la Tirajana de los conquistadores, los restos arqueológicos que existen en el territorio en relación con las fuentes y un estudio lingüístico en el que vinculamos los nombres de la montaña sagrada con dos topónimos de la comarca, el propio Amurga y Amoxo.

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(acceder en parte inferior en LEER PUBLICACIÓN)

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Amurga, el santuario perdido de Tirajana

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

Publicamos aquí el video de la presentación que hicimos en el XXIV Coloquio de Historia Canario Americano, el 1 de diciembre de 2020 en la Casa de Colón. A continuación del video publicamos también el texto de la presentación.

El objetivo es aportar una nueva vía de investigación a la discusión científica para resolver donde se situaba y como se llamaba el monte sagrado de Tirajana.



PRESENTACIÓN EFECTUADA EL 1/12/2020 EN LA CASA DE COLÓN

 

Queremos dar las gracias a los organizadores de los Coloquios por aceptar nuestra comunicación y por dejarnos exponer en este foro nuestro trabajo.

En esta comunicación hacemos un resumen de un extenso trabajo de investigación que venimos realizando desde 2010, con el objetivo de justificar la hipótesis de que Montaña de Las Tabaibas y parte de Amurga eran la montaña sagrada y el santuario de Tirajana que nos transmitieron los cronistas.

A lo largo de esos 10 años de investigación, hemos intentado poner reparos y buscar objeciones al planteamiento, obteniendo sin embargo bastantes evidencias apoyándolo siendo la última, la que ha dado el impulso definitivo, el descubrimiento de la localización de Umiaga en Amurga por parte de Marcos Moreno y Suso Álvarez. Consideramos este descubrimiento muy importante para el avance en el conocimiento sobre la religión de los antiguos canarios.

Vemos en la foto la que podría haber sido la Tirajana de los conquistadores, Amurga y Mña. de las Tabaibas. Mucha gente relaciona automáticamente Tirajana con el interior de La Caldera, pero en los primeros tiempos esto no debió ser así, puesto que como veremos, los conquistadores llegaron por el mar y sus entradas se realizaron solo por la costa.

 

Marcos Moreno y Suso Álvarez descubren documentación en el Archivo parroquial de Tunte que sitúan el topónimo, relacionándolo con apañadas y riscos, por la zona cercana al Risco del Drago, la cota más alta de Amurga con 1131 m, donde tenemos a las llamadas modernamente Fortaleza y Almogarén de Amurga, cuyos restos arqueológicos fueron dados a conocer por la Comisión de Arqueología del Museo Canario en 1979, siendo ellos los que las bautizaron con ese nombre.

Nosotros pensamos que las citas a apañadas se deben referir a las famosas apañadas de Amurga, que ya se realizaban en 1577 culminando en la Vega de Amurga, y desarrollándose fundamentalmente en los llanos en el interior del macizo, y no en los grandes precipicios de esta zona, con riscos en forma de cuchillo donde es prácticamente imposible realizar una apañada. Por ello deducimos, por su imposibilidad, que no podían existir unas apañadas exclusivas para estos riscos, por lo que las apañadas de Umiaga debían ser las mismas que las de Amurga, con lo que ambos nombres debían nombrar lo mismo y probablemente fueran un único topónimo en la lengua de los canarios interpretado de dos maneras al pasar al castellano, prevaleciendo finalmente en la oralidad Amurga.

Vemos los topónimos Andenes y Laderas de El Sitio, que nos indican con toda seguridad que por aquí se situaba El Sitio, como se conocía La Fortaleza de Ansite a finales del XVII según Marín de Cubas. Para Maximiano Trapero el cambio se debe a una evolución de la voz por un fenómeno lingüistico llamado etimología popular que pasó de Ansite → Ansitio → El Sitio. Esta regla o principio lingüístico nos viene a decir que en la evolución en el tiempo de un extranjerismo, se tiende a cambiar la voz original por una análoga fonéticamente del español.

Los investigadores señalados entre los que están Moreno y Álvarez creen que por este área debió estar el Ansite de la conquista. Nosotros también lo pensamos y ademas que La Fortaleza de Santa Lucía era Titana, como creía Santiago Cazorla León.

 

Moreno y Álvarez establecen como hipótesis que las estructuras situadas en lo alto de La Fortaleza de Santa Lucía, estaba el templo descrito por el cronista de los Reyes Católicos, Alonso de Palencia, que atacó el corsario Hernández Cabrón en la entrada que efectuó a Tirajana en 1479. Creen también que este templo es la Tamogante en Acorán de las harimaguadas. Según Palencia en dicha entrada se llegó al monte sagrado y a la bajada del mismo tuvo lugar la que llamamos Batalla de Tirajana, donde los castellanos sufrieron una importante derrota.

Nosotros no compartimos el planteamiento de estos investigadores fundamentalmente y entre otros, por tres motivos:

-. Porque es incompatible con la descripción de la incursión de Cabrón, pues Palencia relata que subieron al monte a caballo, imposible aquí y que la batalla tiene lugar durante la bajada del mismo, continuándose la misma hasta un estrechamiento a la salida del barranco, imposible en el Bco. de Tirajana. Otros autores nos dicen que la batalla continuó hasta la orilla del mar, que nos parece demasiado alejado de este territorio. Por el mismo motivo descartamos Ansite.

-. La Tamogante en Acoran, era considerada, al igual que los santuarios de Tirma y Umiaga, refugio para personas y ganados donde no se podía hacer la guerra, lo que es incompatible con una fortaleza defensiva. Por este mismo motivo la Fortaleza de Ansite tampoco podría estar dentro del santuario, que creemos llegaba solamente hasta el Risco del Drago.

-. Si aceptamos que en esta zona se situaba la Fortaleza de Ansite y también Titana, ambas mencionadas en las distintas crónicas de la rendición de Ansite, es contradictorio que no exista en dichos relatos ninguna referencia a la montaña sagrada, por lo que deducimos que no se encontraba porestos lugares.

Moreno y Álvarez, en función de los yacimientos vinculados tradicionalmente al mundo de lo religioso situados en la parte norte de Amurga, establecen como hipótesis que se podría extender el santuario hasta el Mojón de Afón. Añaden que sería muy tentador llevar los límites hasta las torretas de El Coronadero, donde Rodríguez Fleitas, Onrubia Pintado y colaboradores, destacan la posibilidad de un santuario en este yacimiento por indicarlo así un pleito de principios del XVI, por los límites del Señorío Episcopal de Agüimes en el que se señalan mojones de piedra como delimitadores de unas santidad de los canarios donde acogerse a asilo.

En esta disputa, entre la Iglesia y el Consejo de la Isla, se citan unos mojones con los cuales, argumentaba la Iglesia, Agüimes se deslindaba de las otras comarcas. Por contra el Consejo consideraba que la Iglesia pretendía aumentar considerablemente su territorio hasta alcanzar unas cuatro leguas, unos veintidós kilómetros alrededor de Agüimes. Y en el margen izquierdo del Barranco Hondo, donde tenemos una serie de mojones por trechos, tenemos once km desde Agüimes, por lo que pensamos que son exactamente los mojones del pleito.

La foto se corresponde con los mojones en el Puntón de El Coronadero, con 37 torretas a 800 m de Montaña de Las Tabaibas. Es el alineamiento en el solsticio de invierno que dimos a conocer en 2018, con lo que demostrábamos que eran obra de los antiguos canarios y donde tenemos además otro alineamiento con Fuerteventura.

Fleitas, Onrubia y otros nos dicen que habría que intentar identificar espacios caracterizados por «majanos» o «torretas» incluyendo «rediles» para el ganado, como se indica en el pleito, que nos discriminarían espacios de refugio y santidades y esto es lo que hemos hecho nosotros ampliando el santuario a todas las torretas que parecen delimitar una parte de Amurga, para nosotros el santuario de Tirajana que estamos buscando, y teniendo un redil o cerco de piedras para el ganado, en La Montaña

Basándonos en la Carta Arqueológica municipal de San Bartolomé de Tirajana, elaborada por Julio Cuenca y otros, tenemos una serie de mojones que parece que bordean una parte de Amurga. Se extienden unos 11 km, confinando con el mar exactamente como son descritos los santuarios en los textos que proceden de la llamada Crónica Madre de la conquista.

En la carta, realizada en los años 90, observamos errores y pensamos que es probable que algunos de los mojones sean modernos, incluso se indica que existen antiguos que fueron reparados modernamente. Basándonos en el análisis del territorio deducimos que faltarían como mínimo en tres áreas: Risco del Drago, Alto de La Garita y El Morrete, que hemos añadido.

Vemos también en el mapa, La Montaña, a 800 m de El Coronadero y Las Salinas y Pozo del Lentisco, al pie de La Montaña. Pozo del Lentisco creemos que fue el poblado que atacó Hernandez Cabrón, un punto estratégico muy importante durante todo el XVI, pues allí estaba la primera bahía de Las Calmas de Maspalomas, posiblemente el nombre canario de este poblado, lugar de refugio de navíos contra vientos fuertes y constantes durante el verano, a solo unos cientos de metros más al norte. También lugar de aguada como nos indica el pozo y de aprovisionamiento de la madera del pinar de Amurga e importante centro ganadero, donde hasta mediados del s. XX, culminaban las apañadas de este territorio. Contaba también con una gran charca donde por épocas se formaba sal de forma natural, con un árbol emblemático, que estuvo en pie al menos durante dos siglos, con un mojón de piedras destacado en los documentos del Motín de Agüimes y con una cueva con un nombre enigmático, Cueva de la Cruzuela.

Un hecho que creemos que no es casual es que el corral de las apañadas, que estuvo en pie hasta 1987, presentaba la misma extraña forma, como de gota de agua, igual que el cerco de piedras de La Montaña que vamos a ver.

En la siguiente documentación histórica podemos demostrar que Agüimes llegaba hasta esta comarca. El documento nos proporciona además otras dos evidencias muy importantes: El topónimo Amojo, que por etimología popular, al igual que sucedió con Ansite, ha evolucionado a Abajo, el nombre actual de las salinas, por lo que en origen podría haber sido Amajo, relacionándose con los majos, magios o magos, las almas de los ancestros. La otra evidencia es que se nombra como un poblado en fecha tan temprana al Pozo del Lentisco y pensamos que este poblado fuera el Maspalomas de los canarios.

En el otro documento, se describe que la batalla de Tirajana tuvo lugar en Agüimes, por lo que descartaría la Caldera y suma otra evidencia a nuestra hipótesis.

Marín de Cubas, Escudero y Torriani nos informan de una de las primeras entradas a Tirajana, que como habíamos dicho en los primeros tiempos de la conquista se correspondía con la zona de costa, siendo muy improbable que Hernández Cabrón pudiera llegar a La Caldera.

Diego de Herrera viene de Tenerife, pasa la punta sur de la isla y fondea en Maspalomas, junto a los Llanos de Sardina pensando en llegar a Gando. Creemos que debido a los temporales de viento muy habituales en la zona debe detenerse varios días en Pozo del Lentisco, el probable Maspalomas, a la espera de mejores condiciones para proseguir.

Vemos que Marín comete un error de expresión y omite una palabra en el texto que el transcriptor Miguel Santiago, interpreta como posibilidad que fuera la Montaña de Tirajana, que perfectamente puede referirse a nuestra montaña, por ser la misma el monte más destacado y la mejor atalaya de vigilancia de toda la zona, aunque el seguimiento se podría hacer desde cualquier lugar alto de Amurga. Entendemos que si se nombra Maspalomas, los Llanos de Sardina y Degollada de Sardina, la incursión debe ser por la costa siendo lo más sencillo, que se detuvieran en Pozo del Lentisco, o un poco más al norte en Juncalillo del Sur (Llanos de Sardina). La Degollada de Sardina, pudiera ser la conocida hoy día como Degollada de Majadaciega, junto a la población de Sardina, en hipótesis el primer gran desnivel (el lugar más apto para la emboscada) y la única degollada que se encontrarían los conquistadores en su camino por el Llano desde la zona de fondeo directamente a Agüimes.

Vamos con las descripciones que sobre los montes sagrados realizan las fuentes etnohistóricas relacionándolas con los restos arqueológicos que existen en el territorio. La principal evidencia que caracteriza a La Montaña es el cerco o muralla de piedras que la rodea, de 175 x 100 m, con 1 m de altura, con forma de gota de agua y transitable en su parte superior con un gran espacio donde poder realizar los ritos, entre ellos en su caso, la rogativa de lluvias que debía ser multitudinaria, pues se desplazaba en peregrinación toda la comunidad. También que es el monte más destacado, visible desde toda la comarca. Palencia nos señala que se podía subir a caballo, imposible en Ansite y La Fortaleza, donde tampoco hay espacio para una gran concentración de personas.

A fines del XIX nos explicaba Verneau que los templos donde los insulares practicaban sus ceremonias se reducían a poca cosa, y que también se usaban para sus fiestas. Para este autor estos espacios religiosos no presentaban ninguna particularidad que los distinguiera o que señalaran que eran lugares de culto, constituyéndose en general por una explanada rodeada de una pequeña pared de piedra seca que podía presentar distintas formas, como los que había observado en distintas islas. Ejemplos de ellos son los efequenes en Fuerteventura, el tagoror del Julan en El Hierro y las montañas de Hogarzales, Tauro y La Santidad en Gran Canaria.

 

Destacan distintos autores que en la cima había una construcción, para Palencia un templo fortificado y para Marín de Cubas y Escudero una simple casa. Según Palencia la construcción fue destruida. En la foto vemos restos de estructuras que se encuentran alrededor de una cueva, que pueden ser compatibles con lo descrito.

 

Nos cuenta Marín que el monte estaba enlosado, compatible con el muro transitable, y que había una capilla y sancarrones, expresión que se utilizaba por aquellos tiempos para nombrar de forma despectiva a los huesos de Mahoma como reliquias que visitaban los moros en la Meca, por lo que entendemos que para Marín se expresa con este término los restos o momias de personajes principales o santones, venerados en la capilla. Ese era el motivo, entre otros, según nos cuenta Marín de la peregrinación de los canarios a estas montañas. Pensamos que esta cueva pudiera ser la capilla que podría estar dentro de la estructura que calificaron como una casa destruida por Palencia, por ser las cuevas por sus creencias, el lugar donde habitualmente depositaban las momias. Jiménez Sánchez, visita la cueva en 1952, lo que se corresponde con la foto y el croquis, encontrando diverso material lítico, 10 hachones de iluminación y una bandeja de madera.

 

También Marín relata que habían tres braseros para realizar los fuegos de sacrificio y sus agüeros, situados en un paredón a modo de altar y en otra parte nos habla de tres anafes, que son pequeños hornillos, por lo que interpretamos que había tres zonas de combustión en una gran estructura, similar al pireo del Garajonay que vemos en la foto. En la montaña tenemos una estructura circular rellenada de piedras de toba volcánica, de 4 m de diametro casi en su totalidad derrumbada, por lo que solo vemos por tramos las dos o tres primeras filas de piedra alcanzando 70 cm de altura.

 
El rito principal de los canarios, que se sepa, era la rogativa de lluvias que nos describe aquí Abreu Galindo, donde toda la comunidad se dirigía en peregrinación a la sima de la montaña para girar y danzar alrededor de un peñasco, que como expresa en otras partes de su obra se puede referir a un mojón de piedras. Desde allí iban en procesión hasta el mar perfectamente compatible en La Montaña, pero mucho más complicado en Ansite y La Fortaleza por la distancia, donde el espacio también es muy limitado para tal concentración de personas. En la foto vemos uno de los dos mojones de piedra semiderruidos que encontramos dentro del cerco de piedras de La Montaña.
 

La práctica totalidad de las fuentes etnohistóricas nos identifican dos y unicamente dos montañas sagradas para los canarios a las que hacían peregrinaciones multitudinarias, que describen como «montes», «montañas», «riscos» o «santidades» aunque la religiosidad impregnaba todas las facetas de la vida de los canarios y tenían otros recintos religiosos y otras montañas sagrada.

La existencia de esos dos santuarios principales, se confirma además por fuentes independientes, que no se conocían entre sí: la crónica de Palencia, nombrando a Tirma y Tirajana y los textos que derivan de la llamada Crónica Madre, sin citar ubicación. Por su parte, Abreu Galindo y Marín de Cubas, conociendo muy probablemente la Crónica Madre o textos que derivaron de ella, nos hablan también de únicamente dos santuarios, nombrando también a Tirma, siendo el otro para ellos, Umiaga en Tirajana. Escudero en la misma línea, nombra a Umiaga y siguiendo a la Crónica Madre nos habla de Amago.

Una prueba más que podría apoyar este hecho es la carta de Cresques, realizada por cartografos mallorquines y que muy probablemente recopila los datos de las expediciones de evangelización realizadas en la isla por franciscanos y dominicos mallorquines que tienen lugar en la segunda mitad del s. XIV. Aquí vemos señaladas claramente dos montañas que pueden ser las que buscamos.

Vemos representados perfectamente en el mapa: La Isleta, la punta más al noreste, la península de Gando y la Bahía de Arinaga, y junto a ellas cuatro puntos rojos, que representan los dos pequeños roques y arrecifes circundantes que se encuentran en su inmediaciones: Roque y Baja de Gando y Roque de Arinaga y vemos una entrada que pudiera representar la Bahía de El Pajar en Arguineguín.

 

La importancia de estas dos montañas se describen en los textos que parecen derivar de una crónica madre supuestamente escrita en el entorno del alférez mayor de la conquista, Alonso Jáimez de Sotomayor, a principios del s. XVI. En estos e indica que los canarios tenían por santuarios «dos riscos», y entendemos que por riscos se refieren a macizos montañosos, rodeados de un territorio de dos leguas (unos 11 km) que «confinan con el mar», como tenemos en Amurga. Hacían sus juramentos por estos riscos y allí existía el derecho de asilo, expresado también en el pleito de Agüimes.

Tirma era unánimemente uno de estos riscos y tenemos hasta nueve nombres diferentes del monte y su juramento para el otro de los que creemos que ha prevalecido Amagro, por existir un monte con ese nombre junto a Gáldar. Pensamos que todos estos nombres deben provenir de un original que por errores de transcripción derivó en tantos y que Amagro es una interpolación. Ya de hecho Cioranescu, pensaba que Amagro era error de lectura por Umiaga, mientras que Wölfel proponía que Umiaga y Amagro eran el mismo santuario.

Con el descubrimiento de la localización de Umiaga, también se confirma la existencia del santuario de Tirajana, por lo que si aceptamos la dualidad de los santuarios tenemos que descartar Amagro. En este monte tampoco existen restos arqueológicos destacables y sería incompatible con el derecho de asilo porque dentro de sus 11 km a la redonda, estaría Gáldar, la principal población, donde no podía existir ese derecho.

Comparando las denominaciones, podemos detectar fácilmente en rojo los errores y vemos en el original del manuscrito de la Ovetense, la considerada crónica más antigua y más fiel a la crónica primitiva que Cimarso y Magro podrían leerse perfectamente como Amargo y Margo. En conclusión deducimos dos nombres: Amargo y Amago el nombre en la Matricense, que rivaliza en antigüedad con la Ovetense y en Escudero.

 

Además de Amago y Amargo, Abreu Galindo nos habla de Umiaya y Marín de Cubas siguiendo las mismas fuentes que Abreu, pero aportando mayor detalle y datos inéditos, nombra al monte como Almogarén de Jumiaga y en dos partes de su obra lo llama unicamente como Almogarén, confirmando este dato también Escudero.

Tenemos en color rojo los topónimos que nos han llegado por tradición oral. Amargar, está junto al Mojón de Afón, en el centro de Amurga, mientras Amurgar es una montaña que se encuentra en el La Aldea, que muy probablemente esté relacionada con estas voces.

Siguiendo a M. Trapero, los topónimos que nos llegan por la oralidad son más fiables, que los que nos llegan por la escritura, puesto que estos tienen mayor probabilidad de errores durante el proceso de transmisión, como hemos visto.

Nuestra hipótesis creemos que sea la de la explicación más simple y es la de que todos estos nombres fueran en origen un mismo topónimo, que llegó de África con los primeros pobladores, que por errores llevó a tantos nombres parecidos. Ese nombre original creemos que pudiera haber sido una voz muy usada hoy día en el norte de África, que también podemos relacionar con todas estas semánticamente: Almúggar, cobrando suma importancia para la hipótesis el que la voz tenga mayor analogía con los topónimos que han prevalecido en la oralidad como expresaba Trapero.

La voz Almúggar siendo su plural Ilmuggaren se utiliza para designar las peregrinaciones muy habituales en Marruecos a las tumbas de los hombres santos, que se asemeja mucho a las funciones que tenían los dos montes sagrados para los canarios.

Estas voces en la lengua amazigh ya fueron vinculadas con almogarén por parte de Wölfel, siendo el filólogo Ahmed Sabir el primero que las relacionó con Amurga, sugiriendo una investigación arqueológica buscando vestigios relacionados con lo sagrado en Amurga y en Amurgar. Nosotros sin conocer su obra también relacionamos Amurga con Almúggar en 2010 y siguiendo el mismo planteamiento Abraham Loutf y Maximiano Trapero. Por otra parte Moreno y Álvarez se plantearon en un principio que Amurga era una derivación de Umiaya, aunque lo descartaron por el hecho de que ambos topónimos coexistieron en el tiempo.

 

Por otro lado otra evidencia es que tenemos el topónimo Amajo al pie de La Montaña, que evolucionó por etimología popular a Abajo y que podemos relacionar lingüisticamente con Amago.

Nos cuentan Marín de Cubas y Escudero que los majos o magos, hijos de Magec, eran para los canarios las almas de los ancestros, espíritus o fantasmas de los antepasados que se aparecían en forma de nublados, siendo majo también el etnónimo de los antiguos habitantes de Lanzarote y Fuerteventura.

El profesor Jose Barrios nos señala ámáhág, como la forma más cercana al majo de los canarios, voz que podemos relacionarla en mayor medida con Amajo tanto fonética como semánticamente. La palabra procede de la variante dialectal de los touaregs del Ahaggar que era el autónimo o etnónimo con el que se denominan a sí mismos los pueblos bereberes siendo la forma primitiva de este término ámahzíg. 

 

 
Reforzando todo el planteamiento, Marín de Cubas nos cita a los «encantados» o majos apareciendo en el sureste de Gran Canaria, refiriéndose de forma altamente probable a la comarca que estamos analizando. Cita también una isla oculta en el mar, que creemos se debe referir a Fuerteventura, visible desde la comarca en contadas ocasiones al año y de la que tenemos un alineamiento señalando su ubicación en los mojones de El Coronadero.

Todo ello se relaciona también con una leyenda antigua que todavía pervive en Castillo del Romeral y Juan Grande, las poblaciones más cercanas, conservada por tradición oral, y que se desarrollaba en un lugar junto a las salinas, llamado en la actualidad Juncalillo del Sur, hoy día una arboleda junto al mar, pero antiguamente un humedal, y se refiere a la llamada Luz de Juncalillo, identificada con las almas en pena, que expiando sus pecados vagan por la noche en esta comarca.

 

 Vemos aquí un nublado muy habitual en las cercanías de La Montaña, con el viento alisio, por situarse esta zona en la confluencia de vientos y calmas. La nube toma extrañas formas con las rachas de viento, lo cual es muy aproximado a las descripciones de Marín.

Con el trabajo esperamos aportar una nueva vía de investigación a la discusión científica para resolver donde se situaba y como se llamaba el monte sagrado de Tirajana. Esperamos que al menos sea considerada como alternativa a las otras hipótesis existentes y que sirva para impulsar un trabajo arqueológico que finalmente la verifique. Con ello esperamos que todavía podamos salvar los vestigios que aún quedan en La Montaña, en grave peligro de desaparición por la construcción de antenas de telecomunicación en su sima.


Por último quiero hacer una dedicación especial de este trabajo a mi mujer Noelia, que está aquí presente y a mi hija Yasmina y darles las gracias, por su paciencia y comprensión y por el tiempo de familia que les he robado durante estos 10 años.

Y a todos, muchas gracias por la asistencia.